‘No sé cómo decirte’
Campaña para prevenir y encauzar los problemas de salud mental de niñ@s y adolescentes.
Según la OMS, la mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, pero la mayoría de los casos ni se detectan ni se tratan. Además, esta organización señala que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y los 19 años, sin olvidar el abuso de alcohol y drogas que puede generar comportamientos peligrosos. A estos problemas deben sumarse los trastornos alimentarios.
Por ello, las personas adultas, tanto padres como madres o personas que ejercen de educadoras, juegan un papel vital a la hora de identificar los problemas de salud mental de las y los adolescentes y jóvenes. También los propios jóvenes, amigas y amigos del entorno de la persona que sufre, son un pilar de apoyo esencial. Por lo que es importante que aprendan a comunicarse con estas personas y a identificar los primeros síntomas para poder ayudarles.
Sin duda, saber escucharles y comprenderles es de suma importancia; reforzar la comunicación con ell@s y transmitirles confianza para que puedan expresarse sin miedo será de gran ayuda para prevenir y/o encauzar los problemas de salud mental.
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¿Qué factores intervienen en los problemas de salud mental de l@s jóvenes?
Habitualmente, los problemas de salud mental surgen como consecuencia de una combinación de factores tanto internos como externos. Por ejemplo:
- Una ruptura en una relación sentimental
- Presión en los estudios
- Consumo de tóxicos
- Experiencias de bullying
- Eventos traumáticos
Pese a que la persona esté atravesando por un periodo complicado, no quiere decir que vaya a desarrollar un problema de salud mental. Un entorno que le apoye, tanto en el hogar como en su círculo social y escolar, es de enorme ayuda para que pueda gestionar los conflictos emocionales.
Síntomas de alarma
A veces, nos puede costar distinguir los comportamientos normales de aquellos que pueden indicar un problema de salud mental. La irritabilidad y el mal humor, la tristeza, la tensión o la ansiedad pueden ser comunes a estas edades, siempre que no se alarguen demasiado en el tiempo.
Es importante prestar atención a conductas como:
- Una menor participación en las actividades de las que habitualmente disfruta.
- Cambios en el apetito
- Cambios en la rutina de sueño
- Aumento de la irritabilidad o el enfado
- Empeoramiento de su rendimiento en los estudios
- Dificultades para la concentración
- Falta de motivación
- Incremento de los síntomas de estrés o preocupación
- Tristeza prolongada
- Mayor negatividad
- Consumo de drogas o alcohol
Claves para favorecer la salud mental de l@s adolescentes y jóvenes:
- Relación con la familia. Es importante dejarle espacio para que explore y descubra por sí mism@, pero manteniendo una actitud vigilante para detectar cualquier cambio en la conducta que pueda alertarnos de que algo no va bien. Es importante realizar actividades en familia y no perder la comunicación para que sepa que su familiares están disponibles para cuando tenga algún problema o preocupación.
- Límites. Los adolescentes necesitan descubrir el mundo por ellos mismos, están formando su identidad de adulto y para ello a menudo se oponen a las figuras de autoridad (padres, profesores…), al mismo tiempo necesitan y buscan que esas mismas figuras les marquen unos límites que les ayuden a aprender hasta dónde pueden llegar. Es necesario encontrar el equilibrio entre dejarles margen para la exploración y marcar bien los límites que no deben traspasar.
- Respeto: Enseñar a l@s adolescentes y jóvenes a respetarse a sí mism@s, a los demás y al medio ambiente es fundamental para evitar conductas de riesgo.
- Horarios y rutinas: Durante la adolescencia sigue teniendo una importancia fundamental el mantener unas rutinas y horarios como en la infancia porque les ayuda a estructurarse, organizarse y limitarse. Marcar horarios y rutinas para comidas, higiene personal, estudio, ayuda en casa, tiempo libre…
- Dieta equilibrada: En un periodo de la vida en donde los cambios biológicos y hormonales son tan importantes que es fundamental una alimentación equilibrada. Una alimentación sana contribuye a prevenir determinados problemas de salud en el futuro y a mantener un estilo de vida saludable cuando sean adultos.
- Sueño: Los adolescentes tienen un enorme desgaste físico y psicológico y necesitan dormir entre 9 y 10 horas diarias para evitar el cansancio que hace que disminuya su rendimiento escolar y les provoca irritabilidad.
- Actividad física: Es aconsejable que realicen algún tipo de actividad física de forma frecuente y que realicen actividades al aire libre. Aporta muchos beneficios: mejora la salud física, la mental y la social (evita sobrepeso, favorece una buena postura, mejora la autoestima y reduce los síntomas de ansiedad y depresión, favorece la socialización, mejora la concentración).
- Vínculos sociales: Los adolescentes van queriendo pasar más tiempo con los amigos que con la familia. En este sentido es importante mostrar interés en conocer a sus amigos, les da seguridad y es la única manera de evitar las malas compañías para evaluar los riesgos de que caigan en problemas de abuso de sustancias, relaciones sexuales de riesgo etc. Debemos tratar de fomentar hábitos sociales positivos como el respeto, la honestidad y la amistad.
- Internet/redes sociales: Los adolescentes de hoy en día pertenecen a la era digital por lo tanto su manera de relacionarse con el mundo pasa por internet y por las redes sociales. A menudo esto choca con el mundo analógico de los adultos. Este choque suele provocar en los adultos dos reacciones opuestas, o el desinterés, la despreocupación total e incluso el uso perverso de dichos dispositivos delegando el cuidado y la educación de sus hijos en los aparatos que les entretienen para evitar que molesten, o bien lo contrario, el rechazo y la prohibición del uso de estos dispositivos.
Es urgente encontrar un equilibrio entre estos dos extremos; hay que entender, por un lado, que forma parte de su manera de relacionarse con el mundo, pero por el otro, enseñarles que los medios digitales son unas herramientas y que no constituyen un fin en sí mismos.
Hay que evitar la sustitución de las relaciones personales cara a cara por las relaciones virtuales que son parciales y por tanto poco reales.
¿Cómo podemos acercarnos a los jóvenes y menores para que compartan sus problemas?
- Muéstrate disponible, pero no intrusiv@
- Procura pasar cierto tiempo, semanalmente, con él o ella. Realizar alguna actividad jut@s ofrece oportunidades para la comunicación.
- Muestra interés en su vida, pero sin centrarte en las cuestiones que tú consideras un problema.
- Tómate en serio sus emociones: muestra empatía, escucha con atención y no juzgues.
- A veces es mejor escuchar y guardar silencio que obcecarse en buscar una solución.
- Favorece los hábitos saludables: ejercicio, comida sana y descanso regular.
- Favorece que cuente con tiempo libre para realizar las actividades que más disfruta.
- Apóyale para que mantenga relaciones de amistad saludables.
- Demuéstrale que le quieres. Aunque es posible que no quiera admitirlo, es muy probable que ese afecto sea muy importante para él o ella.
- Busca lugares y momentos apropiados, en los que él o ella se pueda sentir más cómod@, para hablar de temas sensibles.
- Gestiona tus propias emociones. Si él o ella teme que reacciones con enfado, ansiedad o tristeza, no se atreverá a compartir sus sentimientos. No obstante, se sentirá mucho más segur@ si siente que puedes acoger con calma y desde la escucha sus preocupaciones.
- Si no sabes cómo actuar y te sientes sobrepasad@, busca ayuda profesional para ti, para que puedan poner en orden tus emociones y desarrollar tu capacidad de acompañamiento.
¿Cómo podemos empexar una conversación sobre salud mental?
No existe una fórmula cerrada, pero a veces puede ayudar empezar con preguntas generales:
- ¿Qué tal te va en el colegio?
- ¿Qué tal con l@s amig@s?
- ¿Cómo llevas el tema de los estudios?
O recurrir a preguntas más específicas:
- Te veo agobiad@ o preocupad@ últimamente. ¿Te apetece hablar?
- Te veo un poco triste, nervis@… últimamente ¿Te puedo ayudar en algo?
Si ves que no se atreve a hablar contigo, puedes orientarle a que busque ayuda en otra persona adulta de confianza o en algún profesional.
La forma de hablarle dependerá de su edad. Es importante que el lenguaje y la conversación sea natural, y mostrarle que te alegras de que confíe en ti y que estás disponible para cualquier cosa que necesite.
¿Cómo podemos mostrarles nuestro apoyo?
- Recuérdale que hablar de sus problemas es de gran ayuda
- Háblale abiertamente y con honestidad
- Reconoce que entiendes que hablar de los propios sentimientos puede resultar a veces difícil
- Recuérdale que estás disponible para lo que necesite
- Es importante ser persistente, aunque no intrusiv@. A la persona joven puede costarle un tiempo el confiar para poder abrirse, por lo que hay que tener paciencia y mostrarle siempre nuestro apoyo.
Si temes que pueda suicidarse, haz preguntas directas:
- ¿Has pensado alguna vez en la muerte?
- ¿Has pensado alguna vez en quitarte la vida?
Si no te sientes capaz de gestionar esta conversación, pide ayuda profesional.